Desde la hidratación hasta un mejor rendimiento en el entrenamiento, los beneficios de esta fruta son muy diversos, ya que está altamente compuestas de agua; ¡Un 92% de agua, para ser exactos! Ya sea que pruebe los tipos de pulpa roja, amarilla o naranja, hay más de 1,200 variedades y formas diferentes, y lo bueno es que se puede comer cada parte de la sandía, incluidas las semillas y la cáscara.
2 tazas de sandía solo tienen 80 calorías, 0 g de grasa, 92% de agua y además es buena para:
- El corazón. Contiene citrulina, que se transforma en arginina. Estos aminoácidos ayudan a mantener la elasticidad de las arterias y los vasos sanguíneos, favorecen el flujo sanguíneo y contribuyen a una correcta función cardiovascular.
- Ayuda a bajar de peso. Esta fruta es baja en grasa y calorías pero rica en nutrientes. Tan solo aporta 30 calorías por 100 gramos. Es una excelente solución para acabar con el “gusanillo” de media mañana y además es muy fácil de preparar para llevar al trabajo.
- Es buena para los ojos. Como hemos dicho, la sandía es una gran fuente de betacarotenos, que en el organismo se convierte en vitamina A, excelente para prevenir la degeneración asociada con la edad. Asimismo, contiene vitamina C, antioxidante que reduce el riesgo de cataratas.
- Reduce la inflamación. Su alto contenido de antioxidantes convierten la sandía en una fruta excelente para combatir la inflamación. Tomar un vaso de zumo de sandía diario podría reducir el riesgo de padecer enfermedades como la artritis, el asma o el cáncer de colon.
- Sube los niveles de energía. Contiene vitamina B6 y magnesio, ambos contribuyen a que el cuerpo tenga energía durante todo el día.
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